Entrevista realizada por S22 Digital, Elvira Torres.
Hoy nos encontramos fuera de la provincia de Segovia, pero muy cerca. Concretamente, nos desplazamos a Pedrosa del Duero en Burgos a la bodega de los Hermanos Pérez Pascuas, y nos acompaña Juan de la Vega Meiland, director general de Viña Pedrosa.
¿Qué historia se esconde detrás de Viña Pedrosa?
Viña Pedrosa se fundó en 1980 y fue una de las bodegas pioneras dentro de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Es importante saber que la Denominación de Origen no se establece hasta 1982, por lo que la familia Pérez Pascuas fue una de esas primeras bodegas que apostaron por hacer vinos de calidad en una zona que estaba destinada a hacer vinos a granel. En aquella zona había pocas bodegas y pocas marcas que elaborasen vinos con su propia etiqueta y con una calidad contrastada.
¿Por qué se eligió esa localización?
Pedrosa del Duero es una población pequeña, de unos 120 habitantes, pero posee un clima y un suelo privilegiados. Se sitúa en una zona relativamente alta, a unos 850 metros y los terrenos que lo rodean son suelos arcilloso-calcáreos aunque haya parcelas un poco más arenosas. La combinación del clima y los suelos son idóneos para cultivar el viñedo y la variedad reina, que es la tinta fina, también conocida como tempranillo. En la ribera del Duero es la uva que mejor se adapta a las circunstancias y la climatología.
¿Qué tipo de vino producís? ¿Únicamente tintos?
Hoy en día se ha autorizado la elaboración de vinos blancos también, pero la Ribera del Duero es conocida sobre todo por sus vinos tintos. Hasta hace dos años todos los vinos tenían que ser elaborados a partir de esta variedad tinta fina con tempranillo, aunque también había otras variedades autorizadas para complementar esta uva. Esto ocasionó que únicamente se elaborasen vinos tintos o vinos rosados ya que no estaba permitido la elaboración de vinos blancos en la Ribera del Duero. Recientemente se ha cambiado la legislación y podemos encontrar una variedad autóctona que es la albillo. Antes había muy poca uva pero hoy en día se está planteando algo más. Sin embargo, continúa siendo un porcentaje muy pequeño. En Viña Pedrosa nos hemos centrado siempre en la elaboración de vinos tintos con personalidad y con estilo propio, con un ADN que nos identifica. Son vinos auténticos que reflejan el terreno en el que estamos y el drástico clima, con esos inviernos tan fríos y los veranos tan calurosos. El gran salto térmico que tenemos entre el día y la noche… Ese estilo de vinos nos ha convertido en una marca identificativa. El cliente de Viña Pedrosa reconoce nuestro perfil y nuestro estilo por la finura y por la elegancia de los vinos.
¿Por qué recomendarías probar tu vino?
Los vinos de Viña Pedrosa suelen gustar a todo el mundo ya que tenemos una amplia gama donde poder elegir. No todos los días a uno le apetecen cierto tipo de productos pero elaboramos tanto crianzas, como reservas y grandes reservas. Empezando por la base, tendríamos el Cepa Gavilán. Es un vino de crianza que parte de uvas de viñedos más jóvenes. Principalmente se busca un vino fresco y juvenil, en el que la fruta tenga la presencia y la madera aporte lo justo para que el vino aguante la botella y se desarrolle bien. Este Cepa Gavilán se puede encontrar en tienda alrededor de los 12 € y es un vino de entrada de gama que identifica muy bien nuestro perfil. Pasaremos posteriormente al vino más representativo de la bodega: el Viña Pedrosa Crianza. Es el vino que más elaboramos en el que se parte de uvas de viñedo más viejo y que ocupa prácticamente la mitad de la producción. Estamos hablando de que la producción total son unas 650.000 botellas y que el Viña Pedrosa Crianza estaría en torno a unas 300.000 botellas. Toda la uva que utilizamos en la bodega procede de nuestros propios viñedos. Viñedos ecológicos donde la mano de obra es manual y no hay mecanizado ningún proceso, ya que nuestra mayor prioridad es obtener la máxima calidad de la uva de nuestras parcelas.
Más adelante, tendríamos los vinos de Reserva: los vinos de finca la Navilla y el vino parcelario, una de las fincas más altas, en el que se le da ese carácter más actual donde la fruta prima. Es un vino que ha permanecido únicamente en marca de roble francés. Gracias a los suelos de la zona de la Navilla encontramos un vino amable, aromático y delicado. El otro Reserva que se elabora sería el Viña Pedrosa Reserva, un vino de los de toda la vida, con estructura, con garra y de los que aguantan muy bien la botella.
Por último, tendríamos dos vinos de Gran Reserva: Viña Pedrosa de la Reserva y el Pérez Pascuas Gran Selección, dos vinos de dos parcelas de las más viejas que tenemos en la actualidad, llegando hasta los 80 años de la edad de viñedo con un rendimiento muy bajo por hectárea. Solemos coger aproximadamente un kilo o kilo y medio por cepa, es decir, una botella más o menos por cada cepa de uva. Finalmente estos vinos se comercializan en las mejores cosechas.
¿Qué vino le recomendarías a alguien que está comiendo cochinillo asado?
Creo que, tanto el cochinillo asado, como el lechazo asado, que es muy típico en la zona de Aranda, un Viña Pedrosa Crianza o un Reserva podría ir muy bien. Yo apostaría casi siempre por el Crianza, que es donde realmente se encuentra ese punto medio entre la fruta y la juventud de los vinos de Crianza que aúnan la frescura de la fruta fresca. En ellos también se puede observar la estructura del paso de fábrica y de evolución en la botella. Es un vino algo más complejo, pero sin ser demasiado pesado. En definitiva, es un vino que todo el mundo puede entender y que suele gustar. Son vinos amables que no necesitan grandes explicaciones. Por ese motivo, creo que sería el vino idóneo para acompañar la auténtica comida segoviana.
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