EDUARDO SCALA
El poeta y artista, Madrid 1945, ardió toda su producción poético-literaria a principio de los años setenta, cuando comenzaba a publicar en revistas de referencia, Poesía Hispánica, dirigida por José García Nieto, y Poesía de Venezuela.
Desde este momento, Scala, en místico voto de silencio, despedido de sí mismo como autor, comenzó a escuchar el lenguaje y a publicar sus investigaciones poéticas en raros libros coeditados por amigos del mundo de la cultura española. La totalidad de su obra publicada a lo largo de 50 años, con el título de Cántico de la Unidad (1974-2024), compone un maravilloso y extenso catálogo con más de cuarenta títulos.
Calcografía Nacional, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, estampó en 2001 re/tratos –50 imágenes de autores universales–, galería que ha sido expuesta en el Círculo de Bellas Artes, Madrid; Universidad de Alcalá; Centro Cultural Pablo de la Torrente Brau, La Habana; Instituto Cervantes, Milán, y en múltiples muestras colectivas por el mundo.
El Centro Virtual Cervantes publicó red/tratos, que contiene 27 imágenes de autores hispanoamericanos. “Ópera hipermedia”, con música de Emiliano del Cerro y diseño de Miguel Ángel Martín, estrenada en 2002 y que, actualmente, continúa en línea.
Recientemente Eduardo Scala ha expuesto en la Galería Guillermo de Osma, Madrid, La Pintora Palabra, 16 lienzos compuestos con 8 nombres de pintores y 8 de pintoras.
Hace poco, también, que Libros de la resistencia ha publicado “Eduardo Scala. RE/TRATOS. CLAVES”. Extensa antología del invento poético.
El asombroso re/trato de Esteban Vicente es inédito y la forma de ser expuesto constituye una innovación.
Memoria
Un día de 1978 me visitó Memoria con la donación del proyecto Re/tratos, personajes históricos que han constituido mi vida. Quedé maravillado ante la manifestación de los primeros diagramas: Alfonso X El Sabio, Einstein y, principalmente, Ramón Llull. Estas imágenes anímicas –realismo invisible– me hicieron tomar conciencia y persuadieron definitivamente: las estructuras letradas, con sus perfectas simetrías, lecturas intertextuales y multiplicidad de sentidos, rasgaban el velo de la casualidad o el azar.
Estábamos ante un importante hallazgo, un sistema cognoscitivo –poético, arquitectónico, filosófico, plástico, etc. – que, traspasando la máscara de la persona, dejaba vislumbrar el mapa de la predestinación y el destino del ser.
Conocimiento o cognición: “nomen–omen”, escribieron nuestros antepasados, constructores de Occidente.
Cada vez que componía un nuevo retrato, yo actuaba sin actuar, mi mediúmnica labor consistía en aplicar la fórmula de la co-incidencia letrada que, automáticamente, desplegaba las líneas maestras de palabras-coordenadas edificando el santuario o “casa del ser”, el retrato-relato del universal, con la trayectoria de su vida–obra.
Gozaba al ver cómo el re/trato, con prodigiosa exactitud, se auto-trazaba en virtud de la gravedad y del soplo de la Gracia. La plomada escribe, no la pluma. En este punto surge otro hallazgo, un nuevo concepto: “la pintora palabra” frente al de “la palabra pintada” tradicional.
En el Círculo de Bellas Artes y en 1993 entregué en mano su re/trato a Octavio Paz (mecanografiado sobre papel naranja). Maestro –le dije–: su espejo.
Durante años he tenido la alegría de componer y regalar sus re/tratos a amigos, personas sencillas, anónimas, que, al reconocerse en ellos, han entendido un poco más el misterio de sus vidas a través de la vida de las líneas de su nombre.
Eduardo Scala
Vidriera
Y si el verdadero retrato de un poeta o un filósofo o un místico, estuviera en su nombre? Eso es lo que sostiene Eduardo Scala en su visionaria galería de red/tratos. Claro que allí los nombres se vuelven constelaciones, diagramas –a veces tridimensionales-, fórmulas de una química más poética aún que orgánica.
Ignacio Gómez de Liaño
Introducción a la ópera hipermedia RED/TRATOS. Centro Virtual Cervantes (C.V.C), 2002-2024
El Verdadero Nombre
Los textos de Scala están escritos en una forma que trasciende su carácter meramente literario y también su decisiva propiedad plástica, una forma que procede directamente del fondo idéntico de toda expresión y todo conocimiento, de la fuente única del lenguaje de la creación. De ahí que dedicar adjetivos como imaginativo, extraño, agudo, ingenioso u ocurrente al trabajo compositivo de Scala no solo equivale a ignorar crasamente su alcance y su origen, sino que lo degrada de manera incompetente e injusta.
Carlos Ortega
Prólogo a El Hilo del Destino, de Eduardo Scala. Plástica & Palabra Universidad de León, 2005.
Arte de los retratos y tratos eternos
Cada hombre es eterno en lo que expresa su nombre. Y con los nombres de algunos genios Scala ha construido sus retratos para el futuro, unos retratos más hermosos, en su abstracción, y más humanos, en su simbolismo, que muchas de las pinturas ordinarias que tratan de fijar una expresión engañosa en su rostro. Ha inventado así un arte de los retratos y tratos eternos.
Decía Goethe que cada hombre es eterno en el sitio que ocupa; según Scala, cada hombre es eterno en su nombre.
Carlos Ortega
Guadalimar,159. Madrid, España, 2001.
La Ciudad Parlante
Los trabajos de Scala se presentan como auténticos descubrimientos, es decir, que la manipulación del artista con las palabras revelaría la naturaleza verdadera de las mismas. Los sentidos de las cosas están ahí, latentes en sus nombres, o en unas pocas frases caracterizadoras. Se trata, pues, de sacarlos a la luz para desvelar lo que la realidad oculta con su hojarasca de estímulos sensoriales y de mentiras programadas. Este desvelamiento, con mucha frecuencia, adopta la forma de un caligrama, que puede concebirse como un espejo bruñido de lo representado, lo cual no deja de ser desconcertante, en muchos sentidos, pues lo normal es que la realidad sea nítida y lo reflejado más apagado o confuso, y no al revés, como demuestran los trabajos de Eduardo Scala. Pienso, por ejemplo, en los Retratos, con su reciente formulación tridimensional en los Templos, tal como los ha presentado en la exposición del Conde Duque (verano de 2007): el juego de las letras que componen el nombre del retratado revela la naturaleza intransferible, el sentido único de la persona, y es sorprendente que ésta aparezca con mayor claridad en ese caligrama tridimensional que en los retratos figurativos (fotografías, por ejemplo) eventualmente conservados del personaje.
Juan Antonio Ramírez
Poemas Edificios, Madrid //Las Cajas de Uruk/ Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, 2007.
El Don del Nombre
En este libro-galería del poeta Eduardo Scala las letras de los nombres se combinan para formar una figura geométrica generando nuevas asociaciones, nuevos significados. En lenguaje agustiniano estos poemas visuales podrían denominarse retratos interiores, en un extraño cruce entre los fonemas y los rostros (ausentes), entre la geometría y el alma. En este compendio de nombres alemanes, que como estrellas forman una constelación que nos muestra «el Firmamento Alemán».
Cuando Eduardo Scala me entregó mi nombre, yo ya lo esperaba. Aterrizó en la capilla de la Universidad de Barcelona donde celebrábamos un congreso sobre Dante y Cervantes, como aterriza el avión de Je vous salue Marie de Jean Luc Godard. Era la primera vez que nos veíamos pero comprendí de inmediato que no era simplemente un desconocido, sino que era literalmente el extranjero. Se abrió una dimensión otra y en lo que en el espacio físico era un rincón de la capilla, me hizo entrega de la carpeta que contenía el enigma. Vi entonces la figura formada con las letras de mi nombre. La vi y me reconocí. El mensajero me había traído lo que tanto había esperado y en aquellos momentos tanto necesitaba. Me había traído mi nombre y entonces, sólo entonces, lo comprendí.
Victoria Cirlot
Firmamento Alemán. Edición de grabado. Taller de Perico Simón. La Zúa, Cuenca, 2017.
JOSÉ MARÍA PARREÑO
Poeta, crítico de arte, comisario, editor, profesor de arte en la universidad Complutense, Madrid, tiene una larga relación profesional y de amistad con Eduardo Scala.
Parreño, siendo director del Área de Arte del Círculo de Bellas Artes, Madrid, en 1989 invitó a Scala a exponer Genomatría, su libro cilíndrico (1000 m.) y ochogramas, cuadros pintados por la gravedad con gotas de tinta china (Sala Goya).
Ocho poetas raros, antología publicada con José Luis Gallero en Árdora Ediciones, Madrid, 1992. Miguel Ángel Bernat, Blai Bonet, Pedro Casariego Córdoba, Teresa Gracia, Juan Hidalgo, Carlos Oroza, Joseba Sarrionandia y Eduardo Scala. Una poética oral de cada uno de los autores, acompañada de una antología de sus textos.
Libro del infinito de Eduardo Scala, Gráficas Almeida, fue presentado en el Círculo de Bellas Artes, Madrid, 1993, por José María Parreño. Asistieron al acto ritual, Paul Hoffman, Ignacio Gómez de Liaño, Felipe Muriel, Clara Janés, Raimon Panikkar, envió un mensaje desde su retiro en Tavertet, y Antonio Fernández Alba. Sala de las Columnas y Sala Picasso.
Parreño ha escrito sobre la obra de Scala en diversas ocasiones, además ha sido editor del poeta desde Ars de Job, Gráficas Almeida, Madrid, 1991, Libro del infinito, 1993, Libro de la Palabra de las Palabras, 1997, hasta El juzgador de Ajedrez, Árdora Ediciones, Madrid, 2014.
4,863 visualizaciones totales, 12 visualizaciones del día